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Soy Néstor Gatorna, soy dueño de la pizzería Ciamon al Forno en Buenos Aires. Con nosotros comenzó toda una historia en Argentina de la vera pizza napolitana. Siempre me pareció algo muy interesante el poder dar algo de comer y obtener una respuesta inmediata, poder percibir el placer de quien consume lo que estás haciendo. Cuando abrí pensaba que cada noche iba a tener aproximadamente 40 clientes que eso me iba a permitir poder ir creciendo de a poco. Teniendo un producto que no conocía a nadie en Argentina era difícil comunicarlo. La primer noche invito a comer amigos, la segunda noche invito a comer amigos, algún familiar, la tercera noche lo mismo.
Bueno, llega el sábado y el sábado la gente sale, es el mejor día en la semana para la gastronomía, tiene que entrar alguien, así que esta noche no voy a invitar a nadie. Ese sábado fue una noche de susto y de miedo porque no entró nadie. Poco a poco la gente que fue entrando fue comunicando. Un proyecto de gastronomía tenés que pensarlo a dos años. A partir de dos años vas a empezar a estar bien y más o menos efectivamente fue algo así. Y gastronomía es eso, es día a día hacer las cosas bien para que se vayan difundiendo el boca a boca e ir creciendo de a poquito a poquito.
Creo que en la medida en que el negocio propio trae éxito, eso va aparejado también con mucha dignidad. En un negocio tiene que formar una identidad, si perdés esa identidad es como que se pierde todo. Tal vez mi verdad en este negocio es justamente ofrecer calidad y no estar dispuesto a renunciar a eso. Si el precio no alcanza, habrá que aumentar el precio pero nunca bajar la calidad. Cosas para sobrevivir en Argentina tal vez tener un proyecto claro y ser consistente en lo que uno está haciendo. De gobierno la Argentina es muy particular en el sentido de que se cambia un gobierno y cambia todo, no sólo el gobierno sino la legislación, las regulaciones.
Hay que ver por dónde vienen las balas y siempre tener el chaleco antibalas. Creo que estoy feliz de tener mi casa para recibir a mis clientes y tener mi grupo de trabajo. No quiero perder eso. Para obtener una buena pizza, necesitas buenos ingredientes, una buena masa combinado con poner amor, entusiasmo y un producto que da satisfacción. Y también hay que tener un producto que sea satisfacción. Creo que tenés una fórmula de éxito. Con eso sucede la magia. .